Aromaterapia

¿Como Funciona la Aromaterapia?

Los Aceites Esenciales que se extraen de las plantas, son la base del conjunto de técnicas que se conocen como Aromaterapia. Se han usado de diferentes formas desde la antigüedad por muchas culturas en todos los continentes. Se trata de aceites muy ligeros, volátiles al punto que se evaporan a temperatura ambiente, que están formados por cientos de compuestos de diferentes familias químicas y que tienen diferentes propósitos en lo que respecta al funcionamiento de las plantas y su interacción con otros seres.
Las investigaciones más recientes sobre los efectos de algunos de los compuestos que forman los aceites esenciales consignan efectos curativos de algunos de ellos para una diversidad de dolencias, enfermedades y condiciones de salud en humanos y animales.

Calmar el nerviosismo y ayudar en la relajación, combatir el estrés, la depresión, ayudar a conciliar el sueño, producir sensación de calma y mantener un estado emocional saludable, combatir infecciones, desinflamar, combatir el cáncer, restablecer algunos equilibrios hormonales y bioquímicos entre otras, son algunas de las propiedades de estos compuestos.

Al percibir el olor o la presencia de un aceite esencial se genera un estímulo en algunas terminales nerviosas de la nariz o de la piel que envían al sistema límbico señales que disparan algunos procesos y generan reacciones de diversos tipos. Este sistema controla las emociones y al estar asociado a la región cerebral encargada de la memoria, ocurre que ciertos aromas traen al sujeto que los percibe evocaciones de situaciones y de los estados emotivos asociados a estas. Se dice que el sentido del olfato está directamente conectado al sistema límbico, lo que causa que un aroma afecte nuestras emociones. 

El sistema límbico es el asiento de algunas de las glándulas más importantes de nuestros organismos, como la amígdala, el tálamo, la pituitaria, el hipotálamo, el hipocampo y la glándula pineal. La función de estas es muy variada pero todas ellas se encargan de producir compuestos que son mensajeros químicos destinados a iniciar cambios de diversa índole en diferentes partes del cuerpo, iniciando complejos procesos bioquímicos propios de nuestra fisiología.

Investigaciones recientes consignan asimismo la interacción directa de algunos de los componentes de los aceites esenciales con algunas complejas moléculas presentes en algunos procesos bioquímicos de nuestros organismos, propiciando algunas modificaciones en estos procesos. Por ejemplo, se ha documentado cómo algunos terpenos interfieren en los procesos de la mutagénesis (mecanismo que propicia cambios en el DNA produciendo células cancerosas) evitando que esta ocurra y previniendo la formación de células cancerosas. Otros inducen la autodestrucción genéticamente programada de células malignas, que debería ocurrir en el futuro, pero la presencia de los terpenos la inicia, adelantando su destrucción. Muchas de estas interacciones propician cambios que restablecen la salud o que combaten agentes o procesos de diversos tipos que causan desarreglos funcionales.

Las plantas nos ofrecen un verdadero arsenal de compuestos naturales de gran utilidad para conservar o recuperar la salud y el bienestar emocional, que prácticamente no tienen efectos secundarios nocivos y que pueden ser fácilmente eliminados por el organismo cuando ya no los necesita, a diferencia de muchos de los compuestos sintéticos que ofrece la medicina alopática.